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El trisquel, triskelion o triskele (de simetría rotacional) es un motivo (artístico) que consiste en tres espirales unidas, tres piernas humanas dobladas o tres líneas extendidas o dobladas desde el centro del símbolo, y que representan el poder, la energía y el movimiento hacia adelante.

A lo largo de la historia, se han encontrado numerosos trisqueles. Algunos aparecían en acuñaciones monetarias, por ejemplo, en la ciudad prerromana de Ilíberis (Granada), y otros grabados en la piedra, desgastando su capa superficial, estos se denominan petroglifos. Existen estos grabados en algunas zonas de España, por ejemplo, en Galicia, Cantabria, Asturias y el País Vasco. También se han encontrado trisqueles como símbolos prerromanos en Vizcaya y en varias zonas del País Vasco.

Un trisquel con tres piernas y no con espirales, es la forma griega del trisquel, llamada Triskelion (τρισκέλιον), aparece en el escudo de la Isla de Man, una isla británica, y en el de Sicilia, con una cara de medusa en el centro.

El trisquel o triskel, como símbolo geométrico celta curvilíneo, está formado por tres brazos en espiral que se unen en un punto central, círculo o triángulo, conjurando la forma de una hélice. El tres es el número más sagrado para la cultura celta, y representa la perfección y el equilibrio.

 

A partir de esta conocida figura de origen ancestral, en la actualidad se elaboran numerosas creaciones artísticas basadas en sus propiedades o significados, referidos especialmente al sentido de evolución, desarrollo y equilibrio personal.

Cada persona ha elegido los motivos y colores para decorar y rellenar los espacios de las tiras de papel básicas.

Después ha montado las “bolas” de papel con esas tres tiras de papel dando las formas adecuadas.

Por último se colgaron de hilos para decorar el pasillo de las aulas y transmitir el mensaje de unidad y continua superación que se trabajó como idea de base, heredada de culturas de diferentes pueblos en la humanidad.